Un deplorable grito homofóbico de los fanáticos obligó a que el juego de este martes, entre la Selección Colombia y el equipo de México, se detuviera durante algunos minutos.
Según se pudo ver en la transmisión del compromiso, la agresión fue contra el portero David Ospina, instantes antes de que efectuara uno de sus saques.
La imagen sorprendió sobre todo teniendo en cuenta el gran recibimiento que recibió el portero colombiano antes del compromiso.
Sin embargo, lo ocurrido no responde a un tema personal sino a una situación estructural que se vive en México.
Este es la historia del «Eh… p», el grito que sigue causando indignación en el fútbol latinoamericano.
La historia detrás del insulto que sufrió Ospina
Hasta la fecha, ha resultado imposible determinar con exactitud el origen del grito que ya ha motivado sanciones de distintos entes en el fútbol mexicano.
De acuerdo con una teoría local, el insulto al portero habría surgido en partidos de fútbol americano en el norte de México.
En ese entonces, cuando el pateador efectuaba su cobro, el público gritaba: «Ehhh, ¡pum!».
Sin embargo, el sentido se habría trastocado al nivel de llegar al talante despectivo con el que hoy se utiliza.
La primera vez que se recuerda en su versión ofensiva tiene que ver con un juego de la Selección Mexicana ante Estados Unidos, durante un torneo preolímpico.
Para la época, aparentemente los hinchas del Atlas, conjunto local, empezaron a gritar «¡uh!» cada que el arquero rival sacaba. Luego, le añadieron el insulto homofóbico.
La última sanción de la Fifa por el grito se dio a mediados del 2021, tras un partido de la selección sub-23 mexicana. Por entonces, fue una multa económica y una sanción de dos juegos sin público.
A la fecha se han registrado al menos 17 castigos de diversa índole contra México por este tema.